Este es el balance de las cifras de la palmicultura colombiana
El cultivo de palma de aceite es el de mayor extensión en Colombia, con casi 600.000 hectáreas distribuidas en cuatro zonas palmeras. Norte de Santander y la Comercializadora Internacional Empaquetadora del Norte pertenece a la Zona Central que jalonó la producción nacional con el 34% del total colombiano.
En el marco del encuentro de medios con el Presidente Ejecutivo de Fedepalma, Nicolás Pérez Marulanda, el gremio presentó el balance del sector en 2022 y los retos que se tienen para 2023.
Balance del sector palmero
El cultivo de palma de aceite es el sector agrícola que más ha crecido en la última década en el país.
Actualmente, el sector palmero cuenta con cerca de 7.000 productores de los cuales el 72% lo son a pequeña escala, es decir con menos de 20 hectáreas, aunque en promedio tienen 8,6 hectáreas. Es por ello que el cultivo está asociado al progreso y a generar nuevas oportunidades para el campo colombiano, y no únicamente para subsistir.
Se ha identificado que, en el ciclo del cultivo, un productor que tenga entre 8 y 10 hectáreas, puede obtener ingresos mensuales netos de $3,5 millones.
El 31% de los productores palmeros son mujeres. La importancia de ellas es clave no solo en términos de productoras sino también en la generación de empleo femenino que aporta el sector, el cual se calcula superior a 14% del empleo directo.
A nivel general, el sector palmicultor genera más de 197.000 empleos totales, siendo el 82% empleo formal.
Datos del mercado colombiano
La producción nacional en 2022 alcanzó una cifra histórica de 1,77 millones de toneladas de Aceite Crudo de Palma (ACP) y un valor de $9,71 billones.
El 74% de las ventas se realizaron en el mercado local y el 26% restante en el mercado internacional. Dentro de los 1,3 millones de toneladas vendidas en el mercado local, 44% tuvo como destino el biodiésel, 47% el consumo humano y 7% la industria de alimentos concentrados.
Gracias al clima, los buenos precios y a las áreas renovadas en años anteriores, especialmente con cultivares híbrido OXG, se espera que la producción en 2023 alcance las 1,8 millones de toneladas de APC, lo cual augura un año muy bueno en términos productivos.
En cuanto a las exportaciones, si bien fueron 26% del total de la producción, representaron 999 millones de dólares contribuyendo a la diversificación de la canasta exportadora.
La mitad de las exportaciones de aceite de palma colombiana tienen como destino Europa. Sin embargo, se destacan dos destinos cercanos como Brasil (20% de las ventas externas) y México (14% de las exportaciones).
Generando desarrollo
La palmicultura colombiana contribuye al progreso de los departamentos en los cuales está presente, por ejemplo en su aporte el Producto Interno Bruto (PIB) por departamentos. Se resalta la importancia en departamentos de tradición agropecuaria como Cesar (66%), Casanare (46%) y Meta (49%,) al igual que su importancia en departamentos con grandes retos como Norte de Santander (29%) y Nariño (10%).
Por otra parte, el aceite de palma es el aceite vegetal más competitivo, teniendo en cuenta su menor precio frente a la soya y el girasol. Esta dinámica ha permitido el adecuado abastecimiento del mercado nacional.
La inflación de aceites comestibles en 2022 viene con una tendencia a la baja, dado que el precio internacional viene disminuyendo, y que la Tasa de Representación del Mercado (TRM) se ha venido estabilizando, lo cual ha resultado en un menor precio nacional.
Vale destacar que la palma de aceite no es motor de deforestación en Colombia, el sector palmicultor tiene características que están en línea con la agenda del Gobierno nacional, tales como prioridades en el aporte a la producción de alimentos; inclusión productiva con modelos probados por más de dos décadas; transición energética con biocombustibles de primera generación con grandes oportunidades en biocombustibles avanzados; cogeneración de energía por la biomasa que se genera; aporte a la descarbonización y la diversificación de la canasta exportadora.
Los retos del 2023
Dentro de los retos que el sector tiene este año se encuentran los requisitos adicionales que está pidiendo el mercado europeo como es el tema trazabilidad y el acceso a mercados internacionales frente a nuevas reglamentaciones.
Otro de los reto es lograr mayor seguridad para las zonas palmeras, condición que se ha venido deteriorando y que es indispensable para desarrollar adecuadamente la actividad.
Así mismo, dentro de los retos está la renovación del cultivo de palma enfocado en pequeños productores, alrededor de 61.000 hectáreas entre 2023 y 2030; la productividad que implica una mayor adopción de tecnología y mejores prácticas agrícolas; la sanidad de los cultivos mediante costos de producción adecuados tanto en mano de obra como en el precio de los insumos agrícolas.